viernes, 30 de mayo de 2014

Cuando me propongo escribir en un blog,
justo como ahora, siento el deseo de dejar de 
hacerlo.
Sé que es ese saboteador que hay en mí.
Ya en otra ocasión me hubo sucedido pero
ahora estoy determinado a dejar que las cosas sucedan
A través de mis acciones, transformo el mundo que habita mi cuerpo
los pensamientos y las emociones
constituyen un torrente de creatividad sin principio 
ni fin.

Ya no puedo dejar de actuar. incluso dejar
de actuar, para mí es, ahora, actuar.
He decidido tomar el control total de mi vida
fortaleciendo mi personalidad e instaurando sistemas 
de defensa y retroalimentación.

Por ejemplo, si alguien me aborda de forma
violenta, ya he vislumbrado la manera exacta
de contestar disminyendo el tono afectivo y mutando
los contenidos en cuestión.

El mayor peligro para la vida, 
es la violencia, esa actitud
entra silenciosamente, 
como el aire que respiramos
y se instala en nuestra autoestima
y envía pensamientos de orden y equilibrio
a cambio de acciones desestabilizantes y desordenadas.

Desinstalar la violencia es muy sencillo:
pero implica una sensación de sufrimiento
similar a la que sucedió durante su instalación.

Si quieres saber el paso a paso. Pregúntame con confianza.

Conrado García Zertuche
Psicólogo y, evidentemente, poeta --entre otros oficios---

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