En esto fallé:
en reconocer el valor de ella durante su permanencia corporal contigua. Quizápor eso decidió mover su cuerpo. Y sé que es algo cultural, no puedo ser el único que ha cerrado la boca cuando debía decir lo que pensaba sin temor a ser reprimido.
Ella sabe que la amo, así como a mi país, pero eso no es suficiente. Es necesario retrolimentar ese amor a diario. Momento a momento. Cadaoportunidad, una oportunidad para el amor. No para comentarios separatistas o unilaterales.
El amor siempre triunfa y ya es tiempo de que nos amemos los unos a los otros, no como lo vemos en los medios --con dependencias desmedidas-- sino amarnos enla libertad del ser como se es y dejando ser.
Es válido recordar que la paz es el respeto a los derechos del otro, y esto aplica tanto a los individuos, como a las parejas y a grupos más grandes como ciudades, estados y naciones o incluso las comunidades de naciones. Lo dijo el presidente Juarez y no es por que él lo haya dicho, sino que es un rpincipio fundamental para la convivencia pacífica.
Si vuelvo a ver a mi madre en este plano existencial, le habré de ofrecer una disculpa a nombre de la indiferencia cultural en que vivimos y habré de resarcir el daño social. Y si no sucede así, entonces no me queda otra opción más que comenzar definitivamente el camino que todo hombre, mujer y niño sabe que existe: El camino de la libertad total, camino que inicio partiendo desde este instante.
El camino de la Libertad Social
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